Es una condición, en la que de forma involuntaria se escapa orina de la vejiga, ósea perdemos el control de nuestra vejiga y tenemos filtraciones de orina, las que pueden ir de leve a abundante.
Afecta en mayor medida a las mujeres y es algo que puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común en personas mayores. La afección en menores de 50 años es de aproximadamente un 25% en el sexo femenino y sobre los 60 años la prevalencia aumenta discretamente en las mujeres hasta alrededor de un 33%, pero con un gran aumento en el grupo de hombres.
La valoración es extraordinariamente subjetiva y como habitualmente no involucra un riesgo vital, muchas veces no se le presta la atención deseada, incluso las personas ocultan este trastorno.
Ahora, nos enfocaremos en nosotras, las mujeres. La IU es un problema de considerable importancia clínica en la mujer, debido al impacto en la calidad de vida.
Existen tres tipos principales de IU.
Incontinencia Urinaria de Esfuerzo: es la salida involuntaria de orina al realizar algún esfuerzo físico, como hacer actividad física, toser o estornudar aumentando la presión intraabdominal. Se predispone por la debilidad o presencia de disfunción del esfínter uretral asociado a diversos factores de riesgo y a la debilidad de la musculatura del piso pélvico.
Incontinencia Urinaria de Urgencia: es la perdida involuntaria de orina acompañada de urgencia, este diagnostico se basa en los síntomas, los cuales se deben a contracciones involuntaria de la vejiga o del músculo desustror. Por ejemplo, se presenta urgencia urinaria con ganas incontrolables de orinar en la noche, o un aumento en la frecuencia de orinar en el día.
Incontinencia Urinaria Mixta: es la presencia de incontinencia de esfuerzo y de urgencia al mismo tiempo, que se presenta generalmente en mujeres mayores.
Hay diversos factores que pueden desarrollar la IU, como por ejemplo una mujer que desarrolla incontinencia urinaria durante el embarazo y durante los 3 meses postparto, tiene un riesgo del 92% de permanecer con incontinencia en 5 años. Además, el trauma obstétrico en un parto vaginal, episiotomía, uso de fórceps y un bebé muy grande, se encuentran dentro de los factores que predisponen a producir Incontinencia Urinaria de Esfuerzo en la mujer.
La obesidad es una causa reversible de incontinencia urinaria, que conlleva a un aumento en la presión intraabdominal con el consecuente debilitamiento de la musculatura del piso pélvico.
La prevalencia aumenta de manera proporcional con la edad, esto se debe a cambios estructurales en el tracto urinario como la disminución de la elasticidad de la vejiga y disminución de la fuerza del musculo detrusor. Además, la ausencia de estrógenos que se presenta en la menopausia produce atrofia en la mucosa de la uretra, así como debilidad de los músculos de la vejiga.
Para saber si tienes IU, debes realizar una consulta al médico, pero puedes hacer una autoevaluación para saber si presentas algunos de los síntomas mencionados, y así salir de tus dudas.
Dentro de los tratamientos, el manejo conservador es el primer paso a seguir, de manera que se aborde el problema de la forma más sencilla y menos traumática para la paciente. La rehabilitación de piso pélvico ha demostrado mejoría en todos los tipos de Incontinencia Urinaria, por lo que se debe considerar como el tratamiento inicial antes de considerar tratamientos más agresivos. En otros casos, se pueden usar medicamentos o cirugía en casos extremos.
Por lo mismo es de suma importancia prevenir y tratar estos trastornos, ya que el paso del tiempo los empeora. La incontinencia urinaria es un padecimiento de considerable importancia, debido al impacto que tiene en la calidad de vida de la mujer, en sus actividades físicas, sociales y sexuales.
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